¿Cómo se un buen Auditor de cuentas?
Los principios fundamentales para ser un buen auditor, en términos de ética profesional, son:
- Integridad: El auditor deberá ser recto y honrado en todas las relaciones profesionales
- Objetividad: El profesional no deberá permitir favoritismos, conflictos de interés o influencia indebida de otros.
- Competencia profesional y diligencia debida: El auditor tiene un deber continuo de mantener el conocimiento y la habilidad profesionales al nivel requerido, con el fin de asegurar que el cliente reciba un servicio profesional competente.
- Confidencialidad: Un profesional deberá respetar la confidencialidad de la información obtenida como resultado de relaciones profesionales y de negocios y no deberá revelar nada de esa información a terceras partes sin la autorización apropiada y específica.
- Comportamiento profesional: Un profesional deberá cumplir con las leyes y regulaciones relevantes y deberá evitar cualquier acción que desacredite a la profesión.
Un buen auditor debe caracterizarse por ser, entre otras cosas, diplomático, paciente, buen comunicador, buen juez, disciplinado, imparcial, trabajador, con mente abierta, honesto, analítico, curioso, interesado, con carácter resistente, profesional y entrenado.
Actualmente el papel del auditor, aparte de cumplir con lo citado anteriormente, tiene ofrecer un valor añadido. El auditor no se ha de centrar únicamente en el pasado de la empresa, sino que también ha de ofrecer distintas visiones de futuro. Una vez hecho el trabajo de revisar si las cuentas expresan, en todos sus aspectos significativos, refleja la imagen fiel del patrimonio y de la situación financiera; el auditor ha de ser capaz de ofrecer al cliente soluciones enfocadas al negocio y una evaluación de la integración de los sistemas y procesos de control interno.