Actualización de balances visto desde un punto de vista fiscal.

Puntos interesantes:

Se incrementa el gasto fiscal deducible, por el aumento de las amortizaciones, dado que las amortizaciones contables –sobre las bases revaloradas- son también gasto fiscal. Así mismo, hay que tener en cuenta lo siguiente: Por lo tanto, si se trata de edificios, habrá que ver si la ventaja por la parte construida compensa el Impuesto del 5% que habrá que pagar tanto para el terreno como para la edificación.

Mejora en la estructura del balance de la empresa. La actualización mejora en  concreto el ratio Patrimonio Neto/Pasivos totales. Está claro que la empresa no mejora ni empeora por la actualización: vale, objetivamente, lo mismo que antes. Pero los  acreedores actuales o potenciales y el mercado en general a menudo analizan las entidades a partir de sus balances, y el balance actualizado presenta unos fondos propios y una situación de solvencia más elevados.

 Puntos débiles a la actualización de balances:

 Existe un pago de entrada del 5% sobre el saldo de la Reserva de revalorización. Este pago es seguro y cercano.

No disponibilidad de la Reserva. El hecho de que la Reserva de Revaloración no se pueda distribuir hasta pasados 10 años.

Posible aumento de obligaciones, a consecuencia de la actualización de valor. En las entidades que estén en la frontera entre pequeña y mediana empresa, o entre mediana y grande, en lo que hace referencia al volumen de activos, la actualización puede situarla en el escalón superior, con todo lo que comporta. A modo de ejemplo, se podría incurrir en la obligación de ser auditado.

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