¿Por qué una organización debe tener auditoria interna?
La solidez y eficacia de una empresa depende en gran medida de la inclusión de la auditoria interna como una más de sus actividades habituales, aportando beneficios evidentes como son:
- La reducción de la distancia existente entre la dirección de una entidad y su comité directivo permitiendo una comunicación más fluida e inmediata.
- La evaluación periódica de la eficiencia de las operaciones y de la ética con la que actúa el conjunto de la entidad manteniendo así un control constante de la productividad y la eficacia de la empresa.
- Mantener un sistema de seguridad en lo que se refiere al cumplimiento de la legalidad vigente, normas y regulaciones que sean de aplicación a la actividad de la empresa, y de las buenas prácticas en general.
Gracias a su carácter independiente, objetivo y riguroso la auditoria interna es un apoyo indispensable, tanto para la dirección de la empresa como para los órganos de supervisión, en el cumplimiento de sus responsabilidades, y permite, gracias a su enfoque metódico, valorar la efectividad del diseño y la correcta aplicación del sistema de control interno y de los métodos de gestión de riesgos. Se puede definir el control interno como un sistema de métodos y actividades que se establece para minimizar y eliminar, de manera efectiva, cualquier riesgo que pudiera constituir un obstáculo en la consecución de los objetivos de la empresa.
En este sentido, la Certificación, por parte de la auditoria interna, del eficaz funcionamiento de este control interno y de los sistemas de gestión de la empresa, proporciona una garantía inestimable tanto al comité de empresa como a clientes, entidades financieras y demás terceros interesados, de que los riesgos han sido correctamente previstos y mitigados, debido a la independencia y objetividad con que esta actividad profesional desarrolla su trabajo. Además, debido al profundo conocimiento que los auditores internos adquieren de la empresa en todos sus niveles, este servicio aporta sugerencias de mejora y otras propuestas que redundan en beneficio de la entidad.
Es por todo ello que las empresas que actualmente no cuentan con este tipo de servicios de auditoria interna, se ven desprovistas de todas estas ventajas y con el riesgo que supone el no contar con opiniones responsables, independientes y objetivas sobre los controles internos establecidos en la empresa, circunstancia que coloca a la entidad en una situación frágil y poco fiable.
Por otro lado, hay empresas que sí cuentan con este servicio pero lo delegan a una persona de su plantilla que a su vez tiene otras tareas a su cargo. Ello no repercute de forma totalmente positiva para la empresa puesto que la persona que realiza este tipo de trabajo no tiene ni la formación ni la experiencia de un auditor profesional y sólo podrá dedicarse a tiempo parcial, por lo que el resultado nunca podrá obtener la garantía de eficacia y calidad que tendría si hubiera sido realizada por un profesional debidamente inscrito en el Registro Oficial de Auditores de Cuentas, y con ello se corre el peligro de no detectar riesgos y deficiencias que podrían llegar a ser altamente perjudiciales para la entidad.
De hecho, gran cantidad de empresas que no contaban con un servicio de auditoria profesional quedaron seriamente afectadas por la época más difícil de la crisis, viéndose muchas de ellas en la obligación de cesar definitivamente su actividad. Una auditoria interna de calidad, realizada por un equipo profesional, permite anticipar riesgos futuros y gestionar adecuadamente las necesidades de la empresa, lo que da fiabilidad y confianza a la entidad para afrontar situaciones difíciles como las provocadas por la actual crisis, y lograr sus objetivos de una manera eficaz. La premisa de objetividad e independencia que rige en su profesión, así como el conocimiento profundo que adquieren del complejo sistema que conforma una empresa, hacen de la auditoria interna profesional una garantía de solidez y fiabilidad para la entidad que la presentan como a una empresa solvente y altamente competitiva con proyección en el mercado y con los recursos necesarios para lograr los objetivos que la dirección se haya propuesto.